1- INTRODUCCIÓN
No hay dudas que la pandemia del Covid 19 está impulsando fuertes cambios en nuestra sociedad y las exigencias sobre el cuidado ambiental y la seguridad en la cadena de producción de alimentos no son una excepción. Desde reclamos directamente relacionadas con falencias en las estructuras productivas que hacen a la seguridad de los alimentos y a la sustentabilidad hasta su uso como barreras para- arancelarias, el espectro es amplio. En América Latina ha sido y sigue siendo una práctica usual por parte de muchos productores minimizar la necesidad de implementar en sus estructuras productivas las mejoras demandadas por los mercados más exigentes. Con frecuencia estos productos son ofrecidos a otros destinos que en muchos casos son cuantitativamente mayores y aparentemente menos exigentes pero que, como se está demostrando en los últimos tiempos, suelen tener una fuerte tendencia a utilizar calidad, seguridad alimentaria y cuidado ambiental como barreras para arancelarias. Y ante esta situación, el país/productor que no encaró en forma integral la tarea de implementar las mejoras necesarias no cuenta con un sistema de documentación que le permita responder rápidamente a estos reclamos quedando en franca desventaja en cualquier negociación que emprenda.
Conscientes que la identificación de las causas/peligros en que se basan los rechazos y objeciones de productos exportados por países de América Latina permite identificar falencias y priorizar líneas de acción en las cadenas de producción/comercialización, Fundación Nexus trabaja activamente en este objetivo. En este capítulo analizamos
los peligros/reclamos documentados sobre las exportaciones de Ecuador a diferentes destinos.
2- UNION EUROPEA
La Unión Europea publica en el portal RASFF (“Rapid Alert System for Food and Feed”) bajo la forma de notificaciones las razones técnicas por las que rechazan partidas de alimentos importados. De los cuatro tipos de notificaciones, dos significan costos importantes tanto económicos como a la imagen del producto y del país. Nos referimos a los rechazos en frontera y a las alertas. En ambos casos se identifica un peligro asociado a la partida en cuestión que significa un riesgo para la salud humana o animal. En el primer caso el producto es detenido en la frontera y devuelto al productor o destruido. El segundo corresponde a productos que ya se distribuyeron y por ende requieren acciones rápidas para retirarlo del mercado.
Entre noviembre de 2015 y noviembre de 2020 la Unión Europea emitió 48 notificaciones para Ecuador siendo el 46 % rechazos en la frontera y 15 % alertas. El 80 % de estas notificaciones corresponden a productos de mar (la mitad crustáceos, un tercio pesca y el resto cefalópodos) que dan cuenta del 100 % de los rechazos en frontera y de las alertas. El 9 % de las notificaciones corresponde a insumos para nutrición animal y el resto a productos de origen agropecuario (frutas, vegetales, hierbas y especies, cacao).
El 54 % de los peligros identificados son consecuencia de controles insuficientes en la cadena de producción comercialización (por ejemplo controles insuficientes de temperatura, presencia de histaminas, etc.), todos ellos identificados en productos de mar. Un 25 % de los peligros se debe a contaminaciones con metales pesados (correspondiendo el 90 % a productos de mar y el resto a cacao). El resto de los peligros se deben a contaminación bacteriológica y/o presencia de sustancias no permitidas donde nuevamente el mayor porcentaje corresponde a productos de mar. Cabe destacar que el 50 % de las notificaciones emitidas para productos de pesca corresponden a partidas de atún siendo los principales peligros asociados la presencia de histaminas, controles insuficientes y presencia de metales pesados.
El peligro más importante asociado a los crustáceos (da cuenta del 47 % de las notificaciones para este producto) es un contenido elevado de sulfitos, le siguen en importancia controles insuficientes (31 %) , contaminaciones con microorganismos (16 %) y presencia de metales pesados.
Los productores europeos – que ven peligrar sus estructuras productivas ante la firma de tratados de libre comercio- basan sus reclamos en que las exigencias de cuidado
ambiental y seguridad alimentaria por parte de los gobiernos de América Latina son muy permisivas cuando las comparan con las que ellos deben cumplir. Un claro ejemplo han sido los reclamos de los productores de bananas de las Isla Canarias ante la firma del tratado de libre comercio entre Ecuador y la Unión Europea alegando una competencia desleal.
3- ESTADOS UNIDOS
La FDA (Food and Drug Administration) de los Estados Unidos emite bajo la forma de alertas de importación listas (denominadas rojas) de las empresas – ordenadas por país de origen- cuyos productos son rechazados en aduana sin ninguna evaluación/consideración adicional (alertas DWPE- “Detention Without Physical Examination”) y las razones por las que se tomó la decisión. Cada alerta de importación se refiere a un producto o grupo de productos específicos y a un peligro. Una empresa sancionada puede volver a exportar a los Estados Unidos si está en condiciones de demostrar que cumple con las mejoras exigidas en el sistema de gestión/controles en el proceso de elaboración.
A la fecha hay 19 alertas en vigencia emitidas para Ecuador (afectando a 186 empresas) de las cuales 18 (185 empresas) corresponden a productores de alimentos. Solamente el 3,8 % del total de empresas sancionadas cumplieron con las exigencias para salir de las listas rojas con lo cual están en condiciones de exportar nuevamente los Estados Unidos. Globalmente el 62 % de las sanciones se deben a controles insuficientes, 26 % a la presencia de contaminantes químicos (principalmente pesticidas) y el resto a contaminación bacteriológica y/o presencia de sustancias no permitidas.
El 60 % de las empresas sancionadas exportan productos de mar. En este grupo el 81 % de las sanciones se deben a presencia de histaminas, el 10 % a presencia de salmonella y el resto a fallas en los sistemas de control.
4- JAPÓN
El Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón publica mensualmente listas de casos de violación de la normativa vigente con información sobre el producto, país de origen, empresas (productora e importadora), norma violada y acciones tomadas. En el período enero/2016 a julio /2019 hubo 46 sanciones para Ecuador correspondiendo el 91 % a cacao (granos) y el resto a snacks y productos congelados. En todos los casos el producto fue rechazado. Todas las sanciones para cacao se debieron a la presencia de productos químicos no permitidos (89 % a herbicidas y el resto a
fungicidas o insecticidas). Las sanciones a los snacks se debieron a sustancias no permitidas (cianuro, aflatoxinas), fungicidas) y a contaminación con enterobacterias.
5- CHINA
A diferencia de los tres casos anteriores, China no publica en listas o bases de datos de libre acceso información sobre productos rechazados. Si bien se pueden obtener algunos datos en las páginas gubernamentales, la principal fuente de información en este caso son las noticias periodísticas.
En el último año hubo dos casos resonantes que han generado un serio perjuicio al país tanto por los costos asociados como por la imagen negativa. Nos referimos a la sanción en septiembre/2019 por la cual China impuso un bloqueo a camarones ecuatorianos por contaminación con virus causantes de enfermedades conocidas como cabeza amarilla y mancha blanca pese a que los productores ecuatorianos negaron por razones técnicas contundentes la posibilidad de esta contaminación. Este año está sucediendo algo semejante con el coronavirus. Ya hubo sanciones para tres empresas ecuatorianas por identificar coronavirus en los envases pero no en el producto y no serán las últimas.
China defiende su postura basándose en dos hechos difíciles de refutar si no se cuenta con un sistema de gestión eficiente y eficaz. Por un lado la presencia del virus refleja falencias en los sistemas de control en origen. Por otra parte afirman que los empleados en las plantas procesadoras siguen trabajando aún estando infectados aumentando el riesgo de contaminación de los alimentos. Es decir que utiliza al coronavirus como indicador del sistema de gestión de calidad y seguridad de la empresa exportadora.
6- PESCA ILEGAL
En octubre de 2019 la Unión Europea emitió una tarjeta amarilla por pesca INDNR (ilegal, no declarada no reglamentada) a Ecuador. Aunque no fue tan publicitado, esta resolución coincidió con el informe elevado al Congreso de los Estados Unidos por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) donde al igual que la Unión Europea,reclaman que las medidas implementadas por Ecuador fueron claramente insuficientes para resolver adecuadamente los casos de pesca INDNR en buques con pabellón ecuatoriano. Ambos se basaron en la falta de respuesta por parte de Ecuador ante múltiples reclamos y/o advertencias.
La Unión Europea emitió la tarjeta amarilla apoyándose en dos aspectos. Por un lado documenta que Ecuador presenta graves deficiencias en el control de la pesca ilegal y
no garantiza el cumplimiento de sus obligaciones internacionales. Por otra parte, indica que existen graves deficiencias en materia de control, especialmente en la actividad de las industrias de pesca y transformación del atún que ponen en duda la validez de la trazabilidad de los productos elaborados. Coincidiendo con la emisión de la tarjeta amarilla, Ecuador aceleró la sanción de una ley que de hecho había sido reclamada en varios informes anteriores. Pero aún están pendientes las acciones relacionadas con el aseguramiento de la trazabilidad en toda la cadena (desde la pesca hasta que el producto llega al consumidor) donde el principal escollo deriva de las diferencias culturales entre los distintos actores en la compleja cadena de pesca- producción- comercialización..
7- METALES PESADOS EN CACAO
A principios de 2019 la Unión Europea puso en vigencia una nueva normativa referida a los contenidos máximos de cadmio permitidos en distintos productos elaborados con cacao. En algunos contextos surgieron quejas por considerar que esta norma fue impuesta con posterioridad a la firma del acuerdo de libre comercio y como forma de controlar las exportaciones ecuatorianas. Sin embargo los datos objetivos muestran que no fue así ya que la resolución que fija tanto niveles máximos permitidos como la fecha de entrada en vigencia es de mayo de 2014 y ya desde varios años antes se sabía que se estaba trabajando en el tema.
Por su parte en los Estados Unidos existen desde hace tiempo numerosas páginas dirigidas al consumidor que informan sobre las marcas de cacao y sus derivados (con referencia al país de origen) con niveles de plomo y cadmio que definen como tóxicos. Entre ellas hay marcas ecuatorianas y dentro de este grupo al menos una que elabora productos orgánicos.
A esto hay que agregarle el trabajo permanente de las comisiones del Codex Alimentarius cuyo objetivo es fijar tolerancias para el contenido de metales pesados en distintos alimentos. Esto significa que la normativa de cadmio que tanto revuelo generó cuando entró en vigencia es solamente el comienzo.
Si bien los ambientes científicos ecuatorianos no han sido ajenos a este problema y vienen trabajando en él desde hace varios años, no puede decirse lo mismo de los productores ni del nivel gubernamental observándose marcadas deficiencias en la coordinación de esfuerzos y estrategias .
8- SEGURIDAD ALIMENTARIA Y SUSTENTABILIDAD -LO QUE SE VIENE
Con diferencias que reflejan las características de cada país o región, la sustentabilidad llegó para quedarse y los mercados serán cada vez más exigentes. A un avance que siempre fue complejo, la pandemia del Covid 19 le agrega dificultades adicionales pero más temprano que tarde las exigencias de sustentabilidad serán normales ya sea por un sincero interés (o una clara conciencia de las nefastas consecuencias de no respetarlas) o como herramientas de control en estrategias de comercialización.
Un claro ejemplo de este avance es el Pacto Verde Europeo (que ya está cumpliendo un año) que, con todos los beneficios y falencias que necesariamente conlleva un proyecto tan ambicioso, avanza sin prisa y sin pausa. Quizás el mayor desafío que presenta para el productor de alimentos de América Latina (y como lo demuestran los casos analizados en este trabajo Ecuador no es la excepción) se origine en la dificultad en comprender e implementar estos conceptos en forma integral. Como ejemplo podemos mencionar cómo se interpreta la sustentabilidad en la pesca y la acuicultura. En el sector pesquero se están haciendo enormes esfuerzos que se centran en la conservación del recurso a través de certificaciones que por cierto son necesarias pero no suficientes. El sector acuícola centra los esfuerzos en el no uso de antibióticos, nuevamente necesario pero no suficiente. Cuando se analiza la sustentabilidad integral de ambos sectores surgen falencias cuyas consecuencias se reflejan en los peligros analizados en este trabajo dentro de los cuales la recurrencia en los rechazos de camarones por parte de China alegando contaminación viral (no importa cuál fuere el virus) es el ejemplo más contundente.
Otro aspecto que irá cobrando cada vez mayor importancia es la contaminación de alimentos con metales pesados. Si bien en el mundo es uno de los temas en los que se está trabajando fuertemente (basta mencionar la normativa de la Unión Europea y las del Codex Alimentarius ambas en permanente evolución para distintos metales pesados en alimentos) es frecuente que en los niveles gubernamentales y productivos se lo minimice o ignore. Independientemente de los problemas sanitarios asociados a su presencia en alimentos, se trata de una contaminación cuya remediación es significativamente más costosa que la prevención. Si no se comienza ya a trabajar en forma integral, no pasará mucho tiempo antes de chocarse con el próximo paredón.
9- CONCLUSIONES
Cada mercado y producto tiene características propias. Sin embargo los peligros por los que las exportaciones de alimentos de Ecuador son rechazadas son los mismos
sin discriminar por producto o destino. Controles insuficientes, contaminación química (pesticidas, metales pesados), contaminación con microorganismos (virus, bacterias patógenas, hongos) son una constante en todos los destinos y productos reflejando debilidades que van más allá de una empresa y facilitando reclamos no necesariamente técnicos que perjudican al productor, al sector y al país.
Todos los peligros asociados a las exportaciones ecuatorianas son consecuencia directa o indirecta de falencias en los sistemas de control a lo largo de toda la cadena de producción/comercialización poniendo en evidencia una cruda realidad: son demasiado frecuentes los casos en los que la aplicación en la práctica de estrategias integrales de gestión, seguridad alimentaria y cuidado ambiental/sustentabilidad no son consideradas prioritarias. Lo dijo muy claramente Bi Kexin, jefe de la Oficina de Seguridad Alimentaria de Importación y Exportación de la Administración General de Aduanas (GACC) ante los cuestionamientos que se están haciendo a nivel mundial por los rechazos de partidas de alimentos congelados por parte de China al dar positivos ensayos de coronavirus en los envases. Considera que aunque los resultados de las pruebas no significan que el virus pudiera infectar a las personas a través de los alimentos, exponen lagunas en el cumplimiento de las normas de seguridad alimentaria de las empresas que hacen a los productos menos confiables. Los rechazos y/o cuestionamientos de partidas exportadas cuestan mucho en dinero y en imagen. Un buen sistema de gestión/seguridad permite minimizar riesgos asociados a peligros actuales identificados pero también prever los futuros y, lo que es más importante, poder demostrar a quien lo requiera cómo se está trabajando. En América Latina (y Ecuador no es la excepción) hay un amarcada tendencia a ignorar o minimizar el problema cuando se destacan peligros asociados a un producto. Ante ellos solamente cuando las presiones son muy fuertes y cuando por la razón que fuere derivar un producto a destinos aparentemente menos exigentes no es una opción válida, se opta por trabajar solamente sobre un emergente pero no sobre la causa subyacente o el proceso integral. Los ya mencionados criterios con los que se responde a las exigencias de sustentabilidad en la cadena pesquera y en la acuicultura son un claro ejemplo. Pero cuando un país comprador utiliza en forma directa o indirecta estas debilidades según sus propios intereses, son pocos los empresarios que están en condiciones de reaccionar rápidamente para defender sus productos ante la sanción o reclamo. Podríamos decir que los países de América Latina (y Ecuador no es la excepción) se comportan como el estudiante que, sabiendo que tiene un examen, deja el estudio para el último día. En comercialización esta estrategia cuesta caro no solamente por partidas rechazadas sino por los costos
adicionales de tener que hacer en poco tiempo lo que se podría haber hecho en forma planificada.
10- BIBLIGRAFÍA
1- Portal Rasff
2- FDA- import alerts
3-Página web del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón
4-Página web de la Administración General de Aduanas de la República Popular China 5-Comisión Europea- Pacto Verde
6-NOAA fisheries- Informes al Congreso
7- Diario Oficial de la Unión Europea- Decisión 2019/C 373/04
8-Varsavsky, A.I., Fernández Dillon, D. “Acuerdo de asociación estratégica Unión Europea –Mercosur, Sustentabilidad y seguridad alimentaria”- Agroindustria N° 151 (julio-agosto/2019) pags 60-66-
9-Varsavsky, A.I., “Sector exportador de alimentos. Principales causas por las cuales nuestros productos son rechazados en la Unión Europea y en los Estados Unidos de América” Agroindustria N.o 152 (marzo-abril 2020) pags.34-36-
Alicia Inés Varsavsky(*) Daniel Fernández Dillon(**)
Fundación Nexus
(*) Coordinadora del área científico técnica (**) Presidente